La vitamina D también conocida como calciferol. Es soluble en grasas y podemos obtenerla de dos maneras: por la ingesta de alimentos que contengan esta vitamina y mediante su formación en la piel por la transformación del ergosterol por acción de los rayos solares. Los alimentos que la contienen son: el aceite de hígado de bacalao, los pescados grasos (salmón, atún, sardina), leche y lácteos, champiñones y la yema de huevo. Los alimentos fortificados son la mayor fuente dietética de vitamina D.